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VISITA A LOS OLIVOS SINGULARES DE ALFARNATEJO (MÁLAGA)

Del 29 de enero de 2011 al 29 de enero de 2011
Alfarnatejo (Málaga)
OLEARUM

Texto

Socios de OLEARUM organizan una visita a los Olivos Monumentales de Alfarnatejo.
El sábado día 29 de Enero de 2011 varios miembros de Olearum acompañaron a diferentes socios y simpatizantes de la Asociación Revista La Almazara de Periana a visitar estos magníficos monumentos vivientes. Para esta cita estuvieron presentes Carmen Ybarra, Bernardo Gómez, Pablo Moreno y Paco Lorenzo, su presidente.

Para ello, estábamos citados en Periana junto a la plaza del Ayuntamiento por Rafael Núñez, representante de la Asociación revista La Almazara de Periana. Después de las presentaciones de rigor nos desplazamos al valle del Río Sábar, ya dentro del término municipal de Alfarnatejo. Tras llegar al Cortijo del Pulgarín Bajo donde aparcamos nuestros coches en su antigua era nos encontramos con un paisaje de ensueño capitaneado por un mar de olivos y el Tajo de Santa Ana. Desde lejos pudimos admirar como el río Sábar se precipitaba en forma de catarata entre los riscos del terreno impulsados por las últimas lluvias caídas.

Más de una treintena de asistentes nos apresuramos a visitar esos monumentales olivos. El primero de ellos, muy cerca del Cortijo del Pulgarín Bajo y de la carretera que se dirige hacia Alfarnatejo. Desde la primera vez que lo vimos le denominamos el Olivo del Pulgarín. Su acceso, muy fácil desde el mismo carril de acceso al Cortijo tras subir a un bancal. Su monumentalidad resalta al grupo de visitante. El presidente de Olearum, Paco Lorenzo, se erige en maestro de ceremonia y comienza a describir el proceso de caracterización o catalogación de lo que sería un olivo singular. Refiere que existen cinco criterios de singularidad importantes a tener en cuenta basados en el estudio realizado de Prospección y caracterización de los Olivos Singulares de Andalucía por la Consejería de Agricultura y Pesca de la Junta de Andalucía en el año 2003 mediante un convenio de colaboración con el Departamento de Agronomía de la Universidad de Córdoba.

Teniendo como referencia la experiencia del Departamento de Agronomía de la Universidad de Córdoba en la fisiología y comportamiento agronómico de la especie, se definieron los siguientes criterios de singularidad:

1. Tamaño: se consideraron monumentales olivos cultivados o silvestres con al menos 3.5 metros de perímetro de tronco (medidos a 1.3 metros del suelo), 10 metros de altura ó 13 metros de diámetro máximo de copa.

2. Edad: estudios realizados en especies de crecimiento lento como la encina (Quercus Ilex) (Mayor et al., 1994) o el olivo (Michelakis, 2002) han puesto de manifiesto que ejemplares con 3.5 metros de perímetro de tronco pueden alcanzar una edad aproximada de 300 años.

3. Producción: se consideraron árboles de espectacular capacidad productiva aquellos cuya cosecha supera 300 kilos de aceituna, siendo 80 kilos la media de producción de un olivo tradicional.

4. Interés estético y paisajístico: ejemplares en los que el tiempo, la acción del hombre o ambas circunstancias han modelado formas curiosas o que destacan por la peculiaridad que confieren al paisaje.

5. Interés histórico o cultural: olivos que son protagonistas de leyendas, historias, creencias o manifestaciones culturales conocidas.

Ni que decir tiene, que los olivos que visitaríamos durante la jornada bien merecen la consideración de catalogarlos como singulares.

Como relatábamos, el primero de ellos, un descomunal olivo arrojó un perímetro de tronco de 8.60 metros y 13,50m de perímetro de peana, lo que le valió un susurro de admiración por todo los allí presentes. “Increíble, llevo viviendo aquí mucho tiempo y nunca había reparado en la monumentalidad de estos olivos”. Ya se sabe, lo que uno tiene cerca es lo que menos suele valorar. Magnífico, un gigante vivo y aún productivo como la mayoría de los olivos aún persistentes en este bello rincón de la geografía malagueña que antaño fue lugar de paso de bandoleros y que hoy sirve de paso para los turistas ávidos de experiencias naturales y paisajísticas; no nos olvidemos que estamos dentro de la Ruta de los Montes y el Aceite por una lado; o dentro de la Ruta de los Tajos por otro.

El día estaba condensado y otros gigantes estaban pendientes de su visita. Ya en misma carretera de acceso a Alfarnatejo tuvimos la oportunidad de descubrir las típicas aceitunas de la variedad Verdial de Vélez tan características y autóctonas de esta comarca de La Axarquía. Como aseveró Paco Molina, dueño del Cortijo del Pulgarín Bajo (pionero del turismo rural en la provincia de Málaga), las aceitunas están pintonas, lo que técnicamente se le denomina enveradas (en envero). De un tamaño muy parecido a la conocida arbequina aunque algo menos redondeada, estaban pendientes de su recogida para elaborar uno de los aceites más característicos de la geografía nacional. El aceite de oliva virgen extra Verdial es característico por su dulzor por la ausencia prácticamente de amargor y picor, que lo hace único.

Poco metros carretera arriba llegamos a la pedanía de La Molina, así conocida por la presencia en el pasado de un molino aceitero de sangre hoy desaparecido. Antonio Benítez Rey, vecino de esta pedanía no hace mucho tiempo nos acompañó para admirar por primera vez algunos de estos gigantes.

Nuestro próximo destino, el Olivo de La Molina o de la Piedra, como en su día bautizamos. Sus más de 7 metros de perímetro de tronco hablan por sí sólo. En su visión destaca por su gran fuste troncocónico y una gran raíz superficial que a modo de pie sujeta a este magnífico olivo al suelo. Su ubicación elevada hace que comparta protagonismo con el cercano y a la vez espectacular Tajo de Doña Ana. Una enorme roca caliza, empequeñecida con el descomunal tamaño del olivo nos impide realizar la medición del porte de la peana, que seguramente no es inferior a los 13 metros de perímetro.

Las inclemencias meteorológicas de los día anteriores hicieron que el campo aunque asentado tuviera zonas donde el barro se acumulaba en nuestros zapatos de campo. La presencia de una zona donde los bancales aterrazados creados a lo largo de años y años, nos aseguraron un terreno más firme y propicio para llegar a nuestro siguiente hito de la jornada: El Olivar del Llano de Bolaños; un paraíso idílico situado en pleno Valle del Río Sábar franqueado por el Tajo de Doña Ana y el Tajo Bermejo. Los antiguos bancales donde se mezclaban roca y olivar hicieron de la estampa una cosa única para los asistentes neófitos. Varios olivos destacaban por encima de los demás:

- El Olivo Inclinado del Llano de Bolaños con sus más de 5 metros de perímetro troncal y 9 metros de peana. Su tronco macizo y esbelto asimila la belleza inclinada de la archiconocida Torre de Pisa.

- El Olivo Ciervo. Un olivo donde el paso del tiempo ha hecho posible que su tronco se asimile a la cabeza de este ungulado.

- El Olivo Dos Hermanos. Un enorme olivo en el cual las rocas del terreno han permitido desde el mismo suelo la división del mismo en dos hermanos casi gemelos. Sus huecos y oquedades lo hacen merecedor de la mención “escultura de la naturaleza”.

Aún nos quedaban algunos olivos por ver. Después de retroceder nuestros pasos de nuevo al Cortijo de La Molina nos dispusimos a subir una empinada cuesta justo al otro lado de la carretera hasta darnos de bruces, nunca mejor dicho, con el Olivo del Pecho de la Calera, cuyo nombre denota las antiguas actividades de este entorno. Un espectacular olivo de una belleza sin igual con 7.5metros de perímetro de tronco macizo y uniforme. Este olivo destaca además de por su robusto porte, porque parte de su tronco se precipita sobre el balate como una catarata de madera.

El día entre estos majestuosos olivos guardaba aún alguna sorpresa. En este caso fue la visita a un olivo de forma sumamente curiosa, el denominado Olivo Pulpo. Su nombre lo explica todo, ya que su tronco se eleva desde el suelo más de un metro apoyándose sobre un conjunto de más de diez patas que a modo de tentáculos lo asientan al terreno. Posiblemente un corrimiento del terreno expuso al aire sus raíces y ello motivaría su sorprendente figura.

Muy cerca del mismo pudimos descubrir otro majestuoso olivo parecido a una menina por su tronco dispuesto a modo de gran falda. Sus más de 7 metros de perímetro troncal lo hace merecedor del calificativo de olivo singular.
Una vez realizada la visita a estos descomunales monumentos vivientes retrocedimos nuestros pasos al punto de partida en el Cortijo del Pulgarín Bajo donde uno de nuestros anfitriones, D. Francisco Molina nos explicaría las características del mismo como establecimiento de turismo rural y además, se pudo contemplar el maravilloso molino aceitero del S. XIX que se constituye en un verdadero museo del aceite de oliva. Capachos, cuerpo de bomba, prensa hidráulica, molino de sangre, medidas; nos hizo recordar a los presentes la gran vinculación histórica de esta comarca al mundo del aceite de oliva.

Era la hora de comer y nos dirigimos al cercano pueblo de Alfarnatejo donde pudimos disfrutar de un maravilloso almuerzo basado en la gastronomía local no pudiendo faltar las famosas migas del terreno, el lomo de los Montes o el chivo lechal o más conocido como choto. Tras una cordial sobremesa partimos hacia Alfarnate donde nos esperaban dos pequeños museos, el primero está situado en una casa particular y orientado hacia el mundo rural. Situado en unos antiguos establos, decenas de arcaicos utensilios empleados en las labores del campo y del hogar nos dieron la bienvenida.

Por último, nos dirigimos hacia un coqueto y espectacular museo de juguetes antiguos donde Juan Alberto Vivas, ha reunido a lo largo de los años piezas irrepetibles que ilusionaron nuestras tiernas infancias.


Crónica: Francisco Lorenzo Tapia

Socios de Olearum midiendo el Olivo del Pulgarín.
La variedad Verdial de Vélez, la protagonista.
Estábamos en época de campaña. Foto: P. Lorenzo
ENtrada al Cortijo del Pulgarín Bajo. Foto: P.L
Algunos asistentes junto al Olivo del Pulgarín
Olivo de La Molina
Olivos y rocas, una estampa imborrable
El Olivo Ciervo del Llano de Bolaños
El Olivo del Pecho de la Calera. Alfarnatejo. P.L
Olivo Pulpo. Uno de los atractivos de la jornada
Asistentes en el Museo del Pulagarín Bajo. P.L
Socios de Olearum presentes. Foto: P.Lorenzo
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