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Ocal, zorzaleña, carrasqueña, pico limón, serrana de Espadán, entre otras. Posiblemente estos nombres le suenen a poco. Si les dijo que son del grupo de hojiblanca, arbequino o picual, la pista está clara, y más en una columna dedicada al aceite de oliva virgen extra. Son variedades de olivos, algunas de las más de 260 variedades que tenemos en España, de un total de más de 2.500 que existen en nuestro planeta. Las tres últimas nombradas, junto con la cornicabra, son las más extendidas, pero la riqueza edafológica y climática de la Península ha permitido que a lo largo de la historia, aquellos esquejes injertados en los protohistóricos acebuches hayan dado origen a la enorme pluralidad de la que disfrutamos ahora, unido a la introducción de especies foráneas que se han aclimatado de tal modo que se han convertido en variedades diferentes a aquellas de las que proceden. Ello hace que entre todas ellas encontramos algunas que si bien comparten nombre son diferentes entre sí. En la provincia de Málaga tenemos la manzanilla aloreña, que es diferente de la manzanilla sevillana o de la manzanilla cacereña; la verdial de Vélez no es igual que la verdial de Huévar, la verdial de Badajoz o la verdiell; así como la lechín sevillana que difiere de la lechín granadina. La provincia de Málaga se podría dividir en cuatro áreas geográficas conforme a la variedad predominante. En la Axarquía, la autóctona verdial de Vélez es la predominante, seguida de la nevadillo blanco; en la Comarca del Guadalhorce y Sierra de las Nieves, la también autóctona manzanilla aloreña es la que más hectáreas ocupa; en la Comarca de Ronda es la lechín sevillana y en la comarca Norte, la hojiblanca, monopoliza un mar de olivos.

Como decíamos, las variedades más extendidas en España son la Picual, cubriendo algo más del 50% del cultivo español de olivar, dada su primacía en Jaén. En segundo lugar se sitúa la hojiblanca, siendo el árbol predominante en Córdoba y Málaga. El tercer puesto es para la cornicabra de Toledo y Ciudad Real y, la arbequina, dominante en Tarragona y Lérida y que debido a las plantaciones en intensivo y superintensivo está subiendo en el ranking de las más plantadas.

Por supuesto no se trata aquí de decir cuáles son las mejores o peores variedades, si es que esta distinción se pudiera hacer. Hay variedades que son preferidas para aceituna de mesa, como la morona o la gordal sevillana; otras para la producción de aceite, como la picuda o la empeltre, e incluso hay variedades aptas para ambos cometidos, como la morisca o la hojiblanca, por nombrar sólo algunas.

Y conociendo que existe un amplio abanico de variedades de olivos, que da origen a una diversidad de aceitunas y de aceites, desde aquí le recomiendo que pruebe aceites monovarietales. Notará un mundo de matices y sensaciones muy diferentes entre sí.

Cuando viajamos por nuestro país a todos nos gusta elegir los productos gastronómicos autóctonos y representativos de las diferentes comarcas. A partir de ahora, elijamos también la variedad de aceite de oliva virgen extra característico del lugar al que viajamos. Disfrutaremos aún más de nuestro viaje.