
La burra Carolina atrajo todas las miradas en la duodécima Mostra do Aceite de Quiroga, donde -como es habitual- lo que más llamó la atención fue la molienda de aceituna al estilo tradicional que se llevó a cabo en la almazara de Bendilló, un viejo molino accionado por caballerías.
Cientos de visitantes de la muestra presenciaron con gran curiosidad el proceso artesanal de extracción del aceite a partir de la pulpa de aceituna o alpechín, que tras salir del molino se almacena en capachos de esparto para ser exprimido seguidamente en la prensa. La exhibición etnográfica, que se prolongó durante gran parte de la jornada, se complementó con la venta de aceite de cinco cosecheros de la zona y de otros productos típicos. La expectación creada por la Mostra de Aceite en sus doce años de existencia ha animado a numerosos vecinos de Quiroga a replantar olivos y a recuperar una tradición que estuvo muy cerca de extinguirse. La fiesta gastronómica, sin embargo, apenas varió desde sus inicios y cada año sigue atrayendo a numerosos visitantes con la ayuda del pequeño y antiguo molino aceitero de Bendilló y de abnegados y humildes asnos como Carolina.
En el entorno del molino y de la vecina Capela das Farrapas se instaló una serie de puestos en las que pusieron sus productos a la venta cinco cosecheros locales. El festejo fue animado por los grupos de música y danza San Martiño y O Recanto.