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Un rincón con sabor a Granada
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11 de agosto de 2011
Granada
Granada Hoy

La Oliva lleva más de una década dando a conocer entre los turistas los productos tradicionales de la capital y de Andalucía.

Francisco Lillo lleva once años sacando adelante La Oliva, un rincón de la ciudad que goza de gran prestigio a nivel internacional y que sin embargo resulta desconocido para la gran mayoría de los granadinos. Se trata de un comercio muy peculiar especializado en la venta de productos gastronómicos de origen local y regional como son el aceite de oliva, el vino, el queso, el jamón y los fiambres.

Lo que hace peculiar a este pequeño y acogedor comercio son las degustaciones gratuitas que se ofrecen a todos los visitantes. El propio dueño del local se encarga de preparar los productos típicos de la región en la cocina de su tienda y servirlos a los clientes en las mesas de madera que ha colocado especialmente para ello. Lo más importante para Francisco es que todos los visitantes se puedan relajar en su local, olvidarse del ajetreo de la vida del turista y disfrutar tranquilamente de lo mejor de la alimentación granadina. "Yo les explico muy claramente que no es necesario que compren nada, lo pueden hacer si quieren pero para mí es como una obligación enseñar estos productos", comenta el dueño del establecimiento.

Francisco habla francés y algo de inglés para poder comunicarse con sus clientes, entre los cuales hay muchos turistas y, según él mismo explica, "la mayoría son franceses, probablemente porque estamos recomendados en seis guías de viaje de Francia, que es el país con mayor cultura gastronómica del mundo". Por eso el verano es sinónimo de temporada alta en este local, pero Francisco señala que los meses de mayo, septiembre y octubre son los más productivos para su negocio.

El perfil de clientes que frecuentan La Oliva incluye también a los granadinos que acuden de forma habitual en busca de algún producto específico que les resulta difícil encontrar en el resto de comercios y a otros clientes locales que marchan al extranjero o a otras ciudades españolas y quieren llevar productos de su tierra a los amigos a los que visitan.

Francisco reconoce que su negocio se ha visto afectado por la crisis económica, pero él ha sabido mantenerse optimista y adaptarse a los nuevos tiempos. "He tenido que eliminar algunos de los productos que antes vendía, como la fruta y la verdura fresca, pero he hecho especial hincapié en el tema de las degustaciones". Por esta característica La Oliva es un comercio recomendado en catorce guías de viaje y ha protagonizado reportajes en medios internacionales, de los que Francisco destaca como curiosidad un periódico noruego cuyas páginas cuelgan de la pared del negocio. El éxito del local está para su dueño en su forma de valorar el esfuerzo del trabajo artesanal y de apreciar los frutos de la tierra.

Los productos que se ofrecen son muy variados, pero la calidad de todos ellos está garantizada. Jamón serrano de Bubión, chorizo casero de Huéscar y salchichón artesano de la Puebla de Don Fabrique son algunos de los alimentos que se pueden adquirir en el local, además de bebidas como ron de la caña de azúcar de Motril o vino rosado de Murtas. Además, en La Oliva también hay dulces entre los que se han incluido recientemente las tablas de chocolate con un grabado de la Alhambra que se han fabricado especialmente para este establecimiento.


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