
Nuestro socio Agustí Serés de visita en Méjico ha podido visitar y descubrir para OLEARUM estos testigos mudos de la historia en Tzintzuntzan.
El visitante puede apreciar un convento franciscano con capilla abierta del siglo XVI y el atrio que cuenta con estos descomunales y longevos olivos que se dice fueron plantados por el obispo español Don Vasco de Quiroga probablemente en 1.538.
Podrían ser considerados como los olivos más antiguos de América.
Felicidades a Agustí Serés por este descubrimiento que pasa a englosar la gran riqueza patrimonial de la cultura del olivo y del aceite a nivel mundial.