Blogs

Texto

Con el inicio del presente año, comenzó la obligación de servir aceite de oliva en envases irrellenables en bares y restaurantes. La medida tiene un plazo de adaptación hasta el próximo 28 de febrero y está generando mucha literatura. Desde esta columna queremos aclarar algunos conceptos.

Un envase irrellenable no significa necesariamente una monodosis. Oigo mucho que este formato no gusta, bien porque hay quien consume más aceite del que trae una monodosis, bien porque supone un aumento de la basura. Un envase irrellenable es también una botella, de la capacidad que se quiera, con un tapón que impida su llenado. Los que no están a favor de esta medida, ¿estarían a favor de suprimir las botellas irrellenables de los destilados, (whisky, ginebra, etc.…)? Si incluso con tapones irrellenables se habla de garrafón, ¿qué no sería si no tuvieran ese tipo de cierre? Es más, ¿estarían dispuestos a consumir una bebida destilada o un refresco sin marca conocida?. Seamos serios. El hostelero aduce que con la botella el cliente podrá servirse cuanto aceite quiera. ¿Acaso no lo podía hacer antes con las aceiteras? Se dice que el aceite ahora tendrá un coste mayor, hay quien lo evalúa en 20 céntimos por dosis.

Los que aluden que se genera más residuos, ¿aceptarían que en un restaurante su refresco preferido se le sirviera de una botella de dos litros? De hecho, apenas ha funcionado, salvo en los establecimientos de comida rápida, los grifos de refresco. Y además, ¿acaso no se producen residuos con las monodosis de mantequilla y mermelada? No recuerdo que hubiera tal preocupación cuando se impuso la norma de servir estos alimentos en envases individualizados. ¿Por qué ahora sí?

Una de las cosas de la que aún no se ha hablado es el de las cantidades de AOVE para aliñar una ensalada o para una buena tostada de pan. La gente en general suelen abusar de esta práctica en cuanto a cantidades y cuando le ponen aceite (sea de una aceitera o de una irrellenable) se pasan bastante. Partiendo del concepto de que lo que se recomienda (según los expertos) es de 50 mililitros diarios de AOVE...no es de recibo que todo lo del día los empleemos sumergiendo la tostada o el mollete antequerano en AOVE durante nuestro desayuno chorreante o bien aliñando una ensalada para que gran parte se quede en el fondo del plato. En ambos casos queda mucho aceite en el fondo del plato y al limpiarlos, éste aceite se va a las cañerías provocando un problema para el tratamiento de las aguas. Hay que reflexionar sobre el aspecto saludable del AOVE pero matizando las cantidades y de este modo, \"más o menos\" todos contentos.

Es importante el concepto de que un buen AOVE es mucho más aromático que un aceite de oliva a secas, por lo cual no es necesario utilizar tanta cantidad. Porque, aunque es un alimento muy saludable, \"el que abusa, el cuerpo lo acusa\". Sus numerosas propiedades beneficiosas pueden dejar de serlo cuando se abusa descontroladamente.

Por todo ello, pidamos botellas irrellenables y hagamos un uso adecuado de ellas.