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El municipio de Bárcabo se encuentra en la comarca del Sobrarbe y dentro del Parque natural y protegido de la Sierra de Guara, colindante con la comarca del Somontano, formando parte del Parque Cultural del río Vero.

Enclavado en el centro del alto valle del Vero, cerca del collado de Eripol, camino de Arcusa y Santa María de Buil, junto al barranco de La Fuente.

Tiene una superficie de 87,9 Km 2 y una población de 115 habitantes en todo el municipio, de los cuales 24 viven en Bárcabo.

El municipio de Barcabo lo engloban varios núcleos, los mas importantes, Sta. Mª de la Nuez, Eripol, Hospitaled, Almazorre, Bárcabo, Betorz, Lecina.

Todos ellos tienen su historia, sus tradiciones, sus leyendas, son pueblos de piedra donde podemos perdernos y en algunos imaginar que volvemos a la edad media.
Sus ermitas, iglesias, santuarios, castillos y cuevas con pinturas rupestres nos harán disfrutar de un paisaje también único.

Los pueblos de Barcabo nos sorprenden con su sencillez y tradición siempre ligada a la piedra. Sus caminos y rutas nos muestran, la tranquilidad y sosiego que nos da su paisaje y sus casas. En cada pueblo, nos podemos sorprender con el bello patrimonio que tiene este lugar.

Los molinos de Almazorre sorprenden por las instalaciones que se encuentran en su interior, son los mejores espacios artesanales y mejor conservados en la provincia de Huesca.

Es una zona turísticamente poco explotada y eso ha favorecido que podamos disfrutar de la arquitectura tradicional en casas y molinos.

Según cuentan en el pueblo este molino harinero que fue construido en 1846 con los ahorros de un emigrante venido de América. Junto a él se construyó el torno para moler las olivas, con su prensa de hierro y madera, así como una gran muela o ruello para pisar las olivas que era accionada por animales. A escasos metros de ambos molinos se ha rehabilitado un horno para la fabricación de tejas, ladrillos y baldosas de barro de principios del siglo XX.

Almazorre nos da la oportunidad de descubrir los viejos oficios en sus molinos, nos perdemos así en una ruta muy agradable y con mucho encanto en el podemos encontrar los paisajes agroganaderos, las eras, casas y construcciones asociadas.

Desnivel: 80 m.
Duración: Aproximadamente 1 h. y 40m min.
Dificultad: media

Salimos del barrio bajo de Almazorre, frente a las escuelas, antiguo camino de herradura, está muy bien señalizado. Nos cruzaremos con pajares de piedra, con el piso alto abierto y cubierta de teja, bosques de carrasca, quejigos y boj.

Tomamos el desvío a la derecha, al molino, hacia las localidades de Lecina y Betorz. Se toma la bifurcación a la derecha, que indica el molino. Se puede disfrutar de las amplias vistas del valle, la ermita de la virgen de la sierra, a la izquierda, en el rio.

Se toma el último desvío a la izquierda, está en pendiente y empedrado, se cruza una pista a la orilla del rio y allí encontramos el conjunto hidráulico. Podemos ver el molino harinero, la tejería o un antiguo puente que salvaba el rio.


MOLINO HARINERO

Por un bonito sendero que parte de la localidad de Almazorre, encontramos al molino harinero movido por energía hidráulica, con dos estancias independientes, molino harinero y molino de aceite.

En la margen izquierda del río Vero se encuentra el molino que perteneció a casa Pardina y fue construido en 1846, fecha que aparece en la puerta. También cuentan en el pueblo, que fue edificado con los ahorros de un emigrante venido de América, un indiano.

En el molino podemos encontrar, en el extremo izquierdo del edificio, la zona dedicada al cereal, bajo la que se abren los cárcavos, o túneles que eran atravesados por el agua con una gran presión para mover las ruedas del molino

La zona de mayor interés es la correspondiente al molino de aceite. Es de mayor tamaño que la de cereal y en ella pueden verse aún todas las instalaciones y elementos que intervenían en el proceso de la obtención de aceite.

Todos estos elementos pueden verse en el interior del molino de Almazorre.

Cerca de allí hay una acequia de donde se cogía el agua necesaria y a veces también del río.

Si nos fijamos en frente del molino queda un pequeño resto de puente para pasar por el río y los restos de una pasadera.

En el molino esta el Torno de olivas y encontramos en las proximidades un tejar rehabilitado.


TORNO DE OLIVAS

Se conserva una interesante prensa de hierro y madera, así como la gran muela o ruello para pisar las olivas que era accionada por animales.

Bajo la gran arcada lateral se disponen los algorines, depósitos rectangulares en los que se almacenaban las olivas hasta su molienda.

Esta se iniciaba en el ruejo, sufriendo un primer triturado por la gran piedra circular tirada por una caballería.

La pasta resultante de este menester se disponía entre esteras, se escaldaba con agua hirviendo (que se calentaba en el hogar cuya chimenea aún se conserva en una esquina) y se prensaba con el torno de madera, yendo a parar el líquido resultante a las sucesivas pilas de decantación de piedra.


EL TEJAR

A escasos metros de ambos molinos sorprende un horno para la fabricación de tejas, ladrillos y baldosas de barro, probablemente de las primeras décadas de siglo XX.

Se conserva en buen estado y es un edificio singular que llama la atención por su altura y su orientación hacia el río, se puede ver todavía el horno con su boca orientada hacia el agua.


Para más información:

• FUENTE: Web: http://www.barcabo.org/molinos_ruta.html
• Email: info@barcabo.org
• Ayuntamiento de Bárcabo: 974 31 84 53
• Visitas concertadas llamando al teléfono: 974 34 30 62.