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LAS RUTAS DEL OLIVAR

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Un paisaje humanizado y sin embargo milenario, una ancestral forma de trabajar y de vivir, una sabia manera de alimentarse, el más esencial estilo de vida que llamamos mediterráneo, y que sigue vivo y pujante, tiene su eje en el olivar y en el aceite de oliva. Los más de 220 millones de olivos que salpican con su extendida y plateada red gran parte de nuestra península, fundamentan la idiosincrasia de muchas personas y de grandes zonas.

Estas inmensas extensiones, llanuras, lomas, laderas, montes escalonados, dibujan un paisaje minimalista, austero, disciplinado, cargado de silencio y de respeto a la tierra. Repartidos en trece comunidades autónomas, 2.000 pueblos españoles sustentan la principal parte de su economía en el olivar y en el aceite de oliva. Estos 220 millones de olivos, repartidas en más de 370.000 explotaciones, producen el 20% del aceite de oliva consumido en el planeta.

Este sector genera en España en torno a los 400.000 millones de pesetas, lo que supone un 12% de la producción agraria total. Además, el olivar es un cultivo de gran crácter social, al generar más de 8.000 empleos fijos en las almazaras y unos 36 millones de jornales en la recolección y labores posteriores.

Resulta, por tanto, de una realidad evidente que el olivar representa un ecosistema donde el ser humano ha sabido conjugar el desarrollo económico y la conservación de sus valores ambientales. Porque, ¿qué sería de gran parte de España sin el olivo?, ¿un desierto?. Y sin embargo la vida y la actividad crece en estos pueblos, a la sombra centenaria y múltiple de estos árboles, y bajo su benéfico patrocinio. Proponemos ahora unos breves recorridos por algunas de estas zonas (Jaén, Córdoba, Montes de Toledo y Sierra de Gata) para que, con el motivo común del olivo y del aceite, descubramos rutas y lugares durante mucho tiempo ignorados, pero capaces de ofrecernos las más diversas delicias al viajero curioso.


JAÉN: RENACIMIENTO, OLIVAR Y NATURALEZA

Durante décadas, las grandes corrientes turísticas ignoraron el espectacular paisaje de Jaén, su riqueza monumental, sus añejas tradiciones. No se ha conseguido romper su aislamiento sino muy recientemente. Gracias a esto, su personalidad y su entorno ambiental quedó así protegido de vertiginosas y desordenadas transformaciones: en muchos de sus rincones es como si el tiempo se hubiera detenido, conservando intacta su tranquila, sencilla y natural belleza.

Si España produce el 30% del aceite mundial, Jaén figura a la cabeza de la producción nacional. Y las mayores extensiones de olivos se concentran en las zonas de Beas de Segura y Martos, que es el primer municipio olivarero de España, lugar de interés artístico y monumental, en un marco inacabable de olivares.

Podemos continuar nuestro camino por esta comarca que denominan como la Campiña Sur, para acercarnos a Alcaudete, con un espléndido castillo árabe que todavía se enseñorea de los casi dos millones de olivos con que cuenta el municipio. Merece también nuestra visita el Castillo de Locubín y las Ventas de Carrizal, hasta llegar a Alcalá la Real, situada entre montañas y presidida por el Castillo de la Mota, desde donde los Reyes Católicos prepararon la Toma de Granada. Desde 1.967 es Conjunto de Interés Histórico-Artístico.
Cuenta también la provincia con diversos Espacios Protegidos: Son tres los Parajes Naturales (Alto Guadalquivir en Torreperogil, Cascada de Cimbarra en Aldeaquemada y Laguna Grande en Baeza); dos las Reservas Naturales (Laguna Honda y Laguna del Chinche, ambas cerca de Alcaudete); y cuatro magníficos Parques Naturales (Despeñaperros, Sierras de Cazorla, Segura y Las Villas, Sierra de Ándujar y Sierra Mágina). En los Parques, además de una excepcional, rica y diversa flora y fauna, se pueden encontrar restos del neolítico, de los íberos, de los musulmanes y de los romanos. Recientemente el turismo rural ha cogido el testigo a las prácticas cinegéticas: escalada, senderismo, espeleología, cicloturismo, ornitología,... Para disfrutar de la cara más salvaje del bosque mediterráneo: encinas, alcornoques, quejigos, sabinas, arces, tejos, coscojas, lentiscos, acebuches, linces, lobos, meloncillos, aguilas reales, perdiceras e imperiales, buitres leonados y negros, alimoches, jabalíes, ciervos, gamos, muflones, corzos,...

Y de vuelta a la civilización, en la Comarca de La Loma y Las Villas, entre los ríos Guadalquivir y Guadalimar, descubrir todo el esplendor de un pasado culto y cortesano en el triángulo renacentista formado por Sabiote, Úbeda y Baeza. Hemos dejado atrás Villanueva del Arzobispo, Iznatoraf y Torreperogil, para llegar a Sabiote, villa medieval y renacentista, formada por calles estrechas, castillos, alcazabas, palacios, casas solariegas, conventos, ermitas, arcos, torreones, miradores,... y la grandeza de las sierras que rodean al pueblo. Úbeda es el símbolo indiscutible del renacimiento andaluz, y llegar a la Plaza Vázquez de Molina es llegar al corazón arquitectónico de la ciudad, y situarse ante la expresión más completa y sublime de la arquitectura y el urbanismo español del siglo XVI. Llena de conventos, palacios y espadañas, su armonía se impone. Dejamos después Canena, Rus e Ibros, para llegar finalmente a Baeza, otra de las joyas olvidadas de esta provincia olvidada.


CÓRDOBA: ENTRE EL GUADALQUIVIR Y SIERRA MORENA

El Guadalquivir atraviesa mansa y benéficamente la fértil campiña cordobesa. Dejando al norte los azulados e imponentes montes de Sierra Morena, entre los que se embosca la más variada y salvaje fauna ibérica, y avistando hacia el sur más redondeadas montañas donde ahora reina el olivo, los pueblos blancos, las ciudades barrocas, el olor a membrillo en otoño y a aceite puro y fresco en invierno.

Son tres los Parques Naturales de la provincia de Córdoba: el de la Sierras de Cardeña y Montoro, el de la Sierra de Hornachuelos y el de las Sierras Subbéticas. Y en un recorrido por esta comarca montañosa, conocida como la Subbética, entre impresionantes parajes nos topamos con Priego de Córdoba, ciudad de herencia barroca que guarda uno de los más típicos barrios morunos, el de la Villa, una de las fuentes más monumentales de toda Andalucía y, en definitiva, un espléndido conjunto histórico. Atravesando el Parque Natural llegamos a Carcabuey; y más adelante a Cabra; y al norte, Zuheros, pueblo blanco y serrano; y también Luque. Hasta llegar a Lucena, la ciudad más poblada de la comarca. Hacia el sur, entre olivares, Iznájar y Rute. Con el agua mineral de sus manantiales y la matalahúva que crece en la serranía ruteña, las destilerías de esta localidad siguen la tradicional manera de fabricar aguardientes y anisados de justa y merecida fama.

La comarca conocida como La Campiña (Baena,capital del aceite, Espejo, Castro de Río, Bujalance, Montemayor, Monturque, Montalbán, Montilla, capital de vino, y Aguilar de la Frontera) resume la provincia con sus tierras de labor, sus olivares, sus viñedos y pequeñas huertas, con sus suaves lomas coronadas por pueblos blancos de torres esbeltas y ocres castillos.

Y nos vamos hasta Sierra Morena para descubrir la comarca de Los Pedroches, que ofrece un nítido contraste entre el granito de sus iglesias y castillos y la suavidad encalada de todas sus casas. Hinojosa de Duque, Belalcázar, Pedroche, Torrecampo, El Viso, o su actual capital, activa, agrícola y ganadera, Pozoblanco, así lo atestiguan. Lindando con Extremadura se sitúa la otra parte de la comarca, con pasado minero (Peñarroya-Pueblonuevo), mítico (Fuenteobejuna), o propicia para la caza y la pesca (Hornachuelos).


DE LOS MONTES DE TOLEDO AL VALLE DE ALCUDIA

Como población paradigmática de la perfecta simbiosis entre el hombre y su progreso y el olivar y la naturaleza, traemos el ejemplo de Mora, situada a orillas de los Montes de Toledo, a los pies de las Sierras de la Rabera y del Buey, que se erige como la ciudad de los olivares. Todas y cada una de las lomas están plagadas de olivos, hasta ascender al Castillo de Peñas Negras, edificio sarraceno con una torre mayor de planta cuadrada, o hasta llegar a la ermita de su patrona, la Virgen de la Antigua, o a las ruinas de su antiguo monasterio del que apenas queda, orgulloso, un arco. De esta manera su riqueza abundantísima se concreta en más de un millón y medio de olivos en su término municipal. Su fiesta principal está dedicada a este árbol milenario: "La Fiesta del Olivo", que se celebra al finalizar la recogida de la aceituna, el último domingo de abril, y que está declarada de interés turístico.

Ya en la provincia de Ciudad Real nos encontramos con uno de los parajes más bellos y desconocidos de toda la Península: el valle de Alcudia. Es un paisaje natural perfectamente conservado en un equilibrio casi perfecto con la actividad humana, en sus vertientes cinegéticas, ganaderas y agrícolas. Naturaleza, arquitectura popular, arte rupestre, fuentes termales,...se pueden disfrutar en este paraje natural no protegido que limita al norte con la cuenca de Puertollano y Almadén, y al sur con la Sierra Madrona y Sierra Morena. Aquí están todas las variedades del bosque mediterráneo: encinas, quejigos, alcornoques,... Además en él se pueden encontrar más del 50% de las especies reptiles y anfibias de toda la Península, y también el búho real, el gato montés, el meloncillo, la gineta, la nutria, y especies amenazadas como el águila imperial, el buitre negro o la cigüeña negra.


POR LA SIERRA DE GATA

Los ríos Eljas y Arrago avanzan dificultosamente encajonados entre las quebradas serranías de esta pequeña comarca del norte de Cáceres. Siempre a trasmano y en una orografía adversa, ha sabido sin embargo aprovechar al máximo cada centímetro de terreno o fabricar terrazas, para constituirse desde antiguo en uno de los lugares de mayor raigambre olivarera de toda Extremadura. Constituyen un acabado ejemplo de olivar de montaña, y sus aceites, que proceden de la variedad "Manzanilla Cacereña", son de un característico color amarillo oro, y de una excelente calidad, que les ha hecho acreedores de una Denominación de Origen.

La comarca llega a agrupar hasta 39 municipios, y las localidades de referencia son Eljas, Valverde del Fresno, Gata y Villanueva de la Sierra. Una ruta recomendable a través de los olivares del noroeste cacereño es la que arrancando desde Cilleros explora "la raya" con Portugal en el curso alto del río Eljas y pasa por Valverde del Fresno, hasta llegar al viejo castillo de Eljas. Otro buen mirador sobre la comarca lo volvemos a encontrar en otro castillo, en Santibáñez el Alto, desde el que se domina el embalse del Borbollón.


TRES LUGARES PARA LA NATURALEZA, LA TRADICIÓN Y EL TURISMO


- MUSEO DE LA CULTURA DEL OLIVO

A escasos kilómetros de Baeza, por la carretera de Puente del Obispo, se encuentra la Hacienda "La Laguna", tradicional complejo de explotación olivarera y residencia palaciega, que alberga en sus dependencias el Museo de la Cultura del Olivo. Adquirida en 1.992 por la Junta de Andalucía y el Ayuntamiento de Baeza, se restauró la Hacienda y se recuperó el paraje natural de la "Laguna Grande". El Museo está dividido en varios espacios, tres edificaciones en las que se pueden visitar diferentes modelos de almazaras de diferentes épocas y un jardín con diversas variedades de olivos. A lo largo del itinerario de la visita se muestra una visión histórica del prensado y de la tecnología de la extracción del aceite: todos y cada uno de los pasos para su obtención, desde los métodos más tradicionales hasta los más modernos. Teléfono información visitas: 953 76 50 84.


- MESÓN-MUSEO "LA ALMAZARA DE CABAÑEROS"

En lo más profundo de la comarca de los Montes de Toledo, donde el hombre y su entorno (una naturaleza en todo su esplendor) han hallado desde antiguo un equilibrio que aún hoy se conserva, y donde la flora y la fauna disfrutan de uno de los bosques mediterráneos mejor conservados del mundo, se halla Horcajo de los Montes, y allí, en la calle Las Viñas nº 26, el Mesón-Museo "La Almazara de Cabañeros", antiguo molino de aceite restaurado como mesón y como museo explicativo de la arqueología industrial del aceite.


- CENTRO DE TURISMO RURAL "LA ALMAZARA" EN BARRADO (CÁCERES)

En las faldas de la Sierra de San Bernabé, la localidad de Barrado, durante siglos aislada por lo remoto y escabroso de su situación, mira a las tierras bajas de La Vera, aunque su historia la vincula
al Valle del Jerte. El Centro de Turismo Rural ofrece un servicio de alojamiento (habitaciones con baño, calefaccción, restaurante, salón-biblioteca,...) ubicado en una antigua almazara recién rehabilitada, con el carácter de la arquitectura y decoración tradicional, en un entorno cómodo y acogedor. La magnífica naturaleza invita al senderismo, a las rutas en bicicleta o a caballo, piragüismo, visitas culturales, etc... Para mejor disfrutar del mesón y sus platos altoextremeños y valxeritenses.
Teléfono de información y reservas: 927 47 83 28

Fuente: http://www.extremadura21.com/almazara/hemeroteca/nov-dic_2000/noticias/almazara3.htm

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