Recursos Oleícolas

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El valle de La Fueva, en el Pirineo oscense, tiene innumerables atractivos naturales e históricos. Posee, especialmente, un rico patrimonio etnológico que poco a poco está saliendo del olvido. De los 25 molinos harineros y de aceite censados, solo está restaurado uno, el Molino de Troncedo.

A mediados del siglo XIX Pascual Madoz escribía sobre La Fueva que "aunque no es fértil, da una mediana producción de toda clase de frutos: buen trigo candeal, aceite de oliva de la mejor calidad, vino mediano... El principal fruto de este terreno es el trigo". Y, como consecuencia de estos cultivos, en el valle fueron surgiendo distintos molinos harineros y de aceite a los que la población llevaba las cosechas.

La Fueva es un valle amplio, de Prepirineo, a unos 600 metros de altura; un valle cuya vida ha girado siempre en torno al cereal, el vino y el aceite, cultivos que constituyen sus principales señas de identidad.

Con el tiempo estos molinos cayeron en desuso, y posteriormente en el olvido. Pero quizá tengan una segunda oportunidad. Desde hace unos años, un grupo activo de vecinos está luchando para conseguir recuperar los molinos de La Fueva para poder realizar una Ruta turística de los Molinos.

Los habitantes de La Fueva han tenido que ingeniárselas a lo largo de los siglos para vivir y progresar. Los fovanos y fovanas ha basado su desarrollo hasta prácticamente la mitad del siglo XX en una economía autárquica en la que todos los alimentos se extraían de los propios recursos naturales. Pero para rentabilizar aún más sus productos tuvieron que ideárselas a través de ingenios, infraestructuras y procesos mecánicos y tecnológicos. El testimonio más claro de esta realidad socioeconómica son los molinos que en un número superior a la veintena están desperdigados en distintas aldeas y pueblos del valle. Dedicados a elaborar harina, aceite y en el siglo pasado incluso luz, los molinos de grano y los tornos aceiteros, muchos de ellos recuperables, forman un patrimonio antropológico y cultural de una historia protagonizada hasta hace 50 años por sus habitantes. Aun estamos a tiempo de salvar algunos tesoros de este patrimonio. Movidos por esa inquietud asociaciones y particulares han iniciado una serie de actividades para recuperar estos enclaves, situados, algunos de ellos, en lugares excepcionales. De momento las acciones ya han encontrado eco en el Ayuntamiento que ha tomado diversas decisiones y ha recuperado el Molino aceitero de Troncedo.


EL MOLINO DE TRONCEDO

Este antiguo molino aceitero ha sido recientemente rehabilitado (agosto 2009) gracias a la iniciativa desarrollada por la Asociación Cultural Castillo de Troncedo y a la financiación económica del proyecto por parte del Ayuntamiento de La Fueva con fondos del Centro de Desarrollo de Sobrarbe y Ribagorza (CEDESOR). Este molino es uno de los 25 existentes en este valle sobrarbense y para los que los se plantea la creación de una ruta tras su acondicionamiento.

Es digno de destacar el valor cultural de estos molinos y las posibilidades que tienen estos enclaves para el rendimiento turístico. En el caso de este molino, sus antiguos propietarios cedieron la propiedad al ayuntamiento y de esta forma se ha salvado una importante muestra del patrimonio etnográfico de la zona.

Entre los molinos aceiteros aún sin recuperar en el valle de la Fueva destaca el de Formigales, el de Trillo o el de Coscojuela de Sobrarbe en los que aún se conservan la vieja prensa de libra de madera.



Tras entrar al molino, lo primero que se ve a la izquierda es la prensa, a continuación el empiedro con una solo piedra cilíndrica y una tolva de madera y a la derecha los algorines o trujales donde se almacenaban las aceitunas antes de su molienda. En la pared de enfrente hay una puerta hacia una segunda habitación donde se disponían los pesebres para los animales utilizados para girar la rueda (ruello) del molino aceitero

La tolva de madera dispone de un curioso método para ajustar la caída de las aceitunas sobre el alfarje. La apertura se podía ajustar mediante un tornillo. Una varilla de metal permitía que la aceituna que caía desde la tolva se depositase correctamente sobre el empiedro desde el centro hacia el exterior del mismo. Otra pequeña placa que se movía junto a la muela y la tolva empujaba a las aceitunas ya machacadas hacia una zona desde donde caían hacia una cuneta más amplia y profunda desde donde el molinero recogía la pasta o masa de aceitunas lista para su prensado.

En el siguiente paso, se disponía la masa de aceitunas en los capachos o esteras para su posterior prensado. La mezcla de aceite–agua se depositaba primero a una pila y de esta fluía el aceite ya limpio a un segundo depósito del que rea recogido para guardarlo en los pertinentes depósitos.

La prensa de este molino, es una prensa manual de volante de doble husillo metálico con una parte superior de madera a la que se encuentra aferrada todo el engranaje de coronas metálicas que accionaban su movimiento. A la parte inferior del gran tronco de madera se adosa el marrano circular bajo el cual se ponían los capachos de esparto y la masa de aceitunas de abajo, desde la regaifa. Es de la Fundición La Maquinista Marítima y Terrestre de Barcelona, estando datada en 1859. Existen prensas de la misma marca en el Molino de Mipanas (un modelo 82 de 1880) y también en La Muela (N ° 24 de fecha 1864).

más información:

Para visitar estos molinos o pedir más información, es necesario dirigirse al Ayuntamiento de La Fueva (974507002) www.lafueva.com o también a la Asociación A Rebolada, localizada en la Calle Mayor s/n de Tierrantona, La Fueva. Teléfono: 974507002, la persona de contacto es Cruz Agraz Agraz.