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ALMAZARA HISTÓRICA
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Islas Baleares; Bunyola; Tafona de La Alfàbia

Texto

Las grandes fincas rurales de Mallorca se denominan “possessions”, nombre que, desde el siglo XVI, se impuso sobre los antiguos nombres genéricos de origen árabe, las alquerías y los rafales. Los propietarios eran denominados “Senyors” y, mayoritariamente, formaban parte de la nobleza terrateniente. Estos alquilaban sus fincas a los “amos”, que eran los arrendatarios payeses que las explotaban.

La “possessió” era la pieza clave de la economía de la Part Forana tradicional. Era una auténtica unidad de producción. El centro de funcionamiento y el hábitat eran las casas (denominadas en plural porque contaban con diversos edificios), habitualmente alrededor de una “clastra” (patio), acogían la casa de los dueños y la casa de los amos, además de diferentes estancias productivas como la “tafona” (almazara o molino de aceite), el “celler” (bodega), el molino de sangre (molino harinero de tracción animal), etc., y estancias ganaderas como sestadors, establos y boals. También podía contar con capilla.

Las casas de las possessions han ido adaptándose al paso de los siglos. Diversas motivaciones, como las necesidades defensivas, funcionales y/o estéticas, han provocado modelos constructivos y estilísticos diversos, como el carácter palatino de Alfàbia, Sa Granja o Raixa, entre muchos otros.

Los jardines de Alfàbia se encuentran en las montañas de la sierra de Tramuntana, enclave geográfico elegido sabiamente por los árabes, conscientes de su maravilloso microclima que provee de agua a la alquería durante todo el año.

La historia de la casa de Alfàbia y sus jardines, está documentada en época de la dominación árabe, entre los siglos XIV-XV. Durante este período perteneció a los Bennassar.

El carácter monumental de la casa de Alfàbia y sus jardines, se debe al gusto y al patrocinio artístico de dos familias de la nobleza mallorquina que se unieron en el siglo XVIII. La figura más relevante la encarnaba Gabriel de Berga y Zaforteza, que heredó la posesión por el derecho que tenía sobre el patrimonio de la familia Santacilía que desde el siglo XVI era la propietaria de la alquería. Gabriel de Berga y Zaforteza fue un personaje clave en el mecenazgo artístico del barroco en Mallorca.

Antonio Flores, cronista de SM. La Reina, dijo de Alfàbia en su libro Crónica del viaje de Sus Majestades y Altezas Reales a las Islas Baleares Cataluña y Aragón en 1.860:

"La entrada a la quinta de Alfàbia es suntuosa, pero la salida por la parte opuesta es una maravilla. Entrar en la casa que es de regulares dimensiones, atravesar sus principales salas, que están corridas y asomarse a la galería que se extiende alrededor del jardín, es quedar absorto y suspenso entre el panorama más variado y más bello que pueda soñar la imaginación humana. A pesar de que la pintoresca sierra de Alfàbia se anuncia antes de llegar a la quinta, todavía sorprende que a espaldas de aquél edificio se oculte una naturaleza tan bella y caprichosa. Parece que la naturaleza y el arte son obras de una mano. No se sabe dónde acaba el jardín y dónde empieza la montaña, ésta y aquél parecen una misma".


DATOS DE INTERÉS:
- Coordenadas geográficas: 39° 42\' 58.23" N 2° 41\' 31.29" E
- Las casas y los jardines de Alfàbia se sitúan en el término municipal de Bunyola (Mallorca), junto a la carretera de Sóller (C-711), cerca del km 17, poco antes de la entrada al túnel.

Se accede al recinto de Alfàbia por el portillo que se abre ante la carretera, con una barrera metálica que muestra la fecha de 1864. Nos acercamos a las casas por un paseo ornamentado con hileras de plataneros, según el estilo romántico de los denominados paseos de salón, que conduce directamente a la fachada principal de las casas.

La fachada principal se orienta a poniente y muestra un gran paramento coronado por una testera mixtilínea. El portal foráneo es de grandes dimensiones. Data de medianos siglo XVIII y es de estilo barroco, hecho de mármol. Las puertas proceden del antiguo palacio de la Inquisición, derrocado en 1823, que ocupaba buena parte de la plaza Mayor de Palma.

El portal deja paso a un vestíbulo muy remarcable, dividido en tres tramos. En la cubierta de su primer tramo se encuentra el interesantísimo entretejido de estilo mudéjar. El conjunto muestra una gran riqueza de ornamentación geométrica y de policromía.

La cubierta de los otros dos tramos del vestíbulo es de bóveda de arista. Este espacio cuenta también con ornamentación heráldica: en el primer tramo, a la izquierda hay el escudo de los Villalonga y a la derecha el de los Zaforteza; en el segundo, a la izquierda el de los Berga y a la derecha el de los Bennàssar; en el tercer tramo, a la izquierda el de la familia Burgues Zaforteza y a la derecha el de los Santacília.

El vestíbulo conduce a la clastra de planta cuadrangular, presidida por un surtidor con pila octogonal. En el lateral norte un arco apuntado da paso a un pasillo que comunica con una pequeña clastra, con un portal a la derecha con una escalera que baja al pozo. Tanto en el pasillo como en patio, se abren algunos portales que llevan a aposentos de la casa de los amos. En el mismo lateral de la clastra, encontramos un portal que es el de la capilla.

El lateral de levante muestra el acceso principal a los aposentos de los señores; se levanta sobre una pequeña escalera con barandillas de piedra.

El lateral de mediodía de la clastra acoge la almazara, con acceso por una rampa adoquinada que acaba en un porche. La almazara, se encuentra completa, con molino de aceite y dos prensas de viga completas.

El molino consta de una sola muela troncocónica que descansa sobre una solera de piedra y que va sujeta a un eje o árbol que se encuentra adosado mediante un gorrón a una viga de madera transversal. Al lado contrario de la muela aún se conserva la vieja tolva de madera con un curioso dispositivo para controlar la caída de las aceitunas a la solera.

Cerca del moledero y cómo no podía ser de otra forma se localizan las dos prensas de viga en perfecto estado de conservación y dispuestas en paralelo. Entre ambas se encuentra la antigua caldera para caldear el agua que se utilizaba para verterla sobre los capachos (esportines o cofines) donde previamente se había depositado la masa de aceitunas. También puede verse una prensa metálica más moderna. Las dos prensas de viga destacan, al igual que el resto de las existentes en Mallorca, por estar formadas por una sola viga de madera adosada por un extremo a unas vírgenes de piedra y por el otro al husillo de madera y su correspondiente quintal.

Todo un lujo poder ontemplar aún dos prensas en perfecto estado.

El interior de las casas de Alfàbia contiene un buen conjunto pictórico que representan a los antiguos propietarios y varias muestras de mobiliario muy interesantes.

La segunda sala contiene uno de los muebles más remarcables de Mallorca, la denominada silla del rey moro, que, pese al nombre, no es de época islámica; data del siglo XIV y muestra interesantes relieves góticos cortados en madera. Dentro de la sala hay, además, una buena colección de cuadros de temática diversa. A continuación, sigue una sala rectangular que sirve de antesala con varios grabados decimonónicos, la mayoría dedicados al papa Pío VI. A la derecha, se puede contemplar el cuarto, con una cama señorial y con domara roja; el portal de acceso al dormitorio muestra un retrato de Isabel II.

Un pasillo exterior protegido por un porche conduce, hacia la izquierda, a la biblioteca, que contiene un fondo de 1.200 volúmenes, y está presidida por el escudo de los Burgues-Zaforteza.


LOS JARDINES DE ALFÀBIA

Son de los más interesantes de Mallorca. Desde las casas, se sale a un corredor con columnas toscanas y se desciende en el primer jardín por una escalera imperial con balaustrada. Se trata de un parque romántico, del siglo XIX. Constituye el centro un pequeño lago con un manantial en el medio y con numerosos nenúfares; la vegetación salvaje, con cañas de bambú, lianas, palmeras, palmitos y otras especies exóticas crean un ambiente romántico de estilo inglés.

Si subimos nuevamente la escalera y giramos a la derecha, recorreremos una pérgola con palmeras, buganvillas y hiedras, que conduce a una segunda pérgola más espectacular, con 32 parejas de columnas o pilastras y 24 hidrias, convertidas en surtidores, y un mirador cuadrangular, con una mesa de piedra ovalada, de estilo barroco, con amplia vista. Bajamos nuevamente a la entrada a partir de una interesante exedra, con frontón barroco y un relieve de Hércules, con una alberca cubierta a la izquierda. La escalera, con jardín abancalado, nos deja en la fachada de la casa.

Tafona de la Alfabia. Bunyola (Mallorca)
Prensas de viga de la Tafona de La Alfàbia.
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