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MUSEO
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Toledo; El Toboso; Museo Casa de Dulcinea

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Dentro del marco de la conmemoración del IV Centenario de la publicación de Don Quijote de la Mancha se ha producido la reapertura del Museo Casa de Dulcinea, tras una remodelación que ha actualizado instalaciones y contenidos expositivos con un nuevo montaje que recrea la vida en una casa de hidalgos ricos de la época cervantina.

Este museo se alberga en un edificio que mantiene parte de su estructura original del siglo XVI, y pesar del tiempo transcurrido y las alteraciones experimentadas a lo largo del tiempo conserva en líneas generales los caracteres de la casa manchega de un hidalgo con sus diversas dependencias: molino de aceite, bodega, patios, corrales, pozos, etc.

Esta casa pertenecía a una de las familias más ilustres de El Toboso, los Martínez Zarco de Morales, cuyos escudos podemos ver en la fachada. Según la tradición, en época cervantina fue habitada por don Esteban y Doña Ana, su hermana, quien inspiró el personaje de la sin par Dulcinea de El Toboso. Esta tradición es parte del patrimonio que conserva este museo.

La vivienda de Ana Martínez Zarco de Morales es un ejemplo típico de las casas que habitaban los hidalgos y labradores ricos de La Mancha. Está construida con mampostería, tapial y ladrillo, y sus elementos arquitectónicos más destacados son la portada de sillería y la pequeña torre que la corona. Por ello es popularmente conocida como la “Casa de la Torrecilla”.

El acceso a la vivienda y al museo en sí se produce por un zaguán que da paso a las zonas de servicio: la cocina, la despensa y los patios y corrales de la parte trasera; entre ellos encontramos una almazara o molino de aceite, una prensa para la uva y un palomar.

Las estancias domésticas de una casa rica rural se estructuraban y se amueblaban a imitación de las urbanas. Su ajuar resultaba a menudo más tradicional, menos lujoso y más práctico, debido no sólo al alejamiento de la corte, sino también al aprecio que se hacía de los bienes legados por los antepasados que expresaban la antigüedad del linaje.


LA CASA DE LA TORRECILLA

En las casas más acomodadas se sucedían varias salas, también llamadas cuadras, en tanto que en las más modestas existía sólo una.

La parte más retirada de la casa se reservaba para la intimidad. Maridos y mujeres, si no eran pobres, tenían cada uno su habitación. Las mujeres se ocupaban de las labores domésticas. Alguna, sin embargo, desempeñaba un papel más activo. A los hombres correspondían la administración de la hacienda y el cumplimiento de los deberes militares; raro es el hidalgo que, para simbolizar su abolengo, no lleva una espada ropera y una daga en la mano izquierda.

PLANTA INFERIOR


LA COCINA

Alrededor del hogar se reunían los gañanes, los aparceros, los criados y los visitantes de paso. Allí se comía, se conversaba y se cantaba. La comida se hacía al fuego en ollas y calderos, y de la espetera colgaban los utensilios de cocina. La loza de mesa, de la cual la más apreciada era la de Talavera de la Reina, se guardaba en plateros y alacenas, y las cucharas en cuchareros. Las tinajas pequeñas se depositaban sobre cantareras.

LA DESPENSA

Cada casa almacenaba los alimentos básicos, que se elaboraban en las distintas épocas del año. El aceite se guardaba en tinajas; el vino en pellejos; y las especias, generalmente bastante caras, se conservaban en arcas o cajas. También se hacía acopio de trigo para el pan, de legumbres y de quesos. Se consumía mucha carne: carnero, cerdo, gallina y caza, sobre todo aves y liebres que se cobraban con aves de presa, galgos y hurones. Las verduras eran pocas, principalmente repollos, nabos y berzas. En este espacio se ha situado una pequeña sala de audiovisuales.


PLANTA SUPERIOR


SALA PRINCIPAL

Al entrar en la casa, tras pasar el zaguán, se ingresaba en la sala o cuadra. De sus muros enjalbegados colgaban estampas y pinturas con temas religiosas, retratos o asuntos mitológicos y novelescos, de acuerdo con una fórmula decorativa muy habitual en España. Junto a las paredes se disponían escritorios sobre bufetes.

Los asientos, arrimaderas, eran un reflejo del orden interno y jerárquico de la casa: el dueño se reservaba el más importante, a menudo una silla de brazos, que sólo ofrecía a los visitantes notables. El resto de la concurrencia se distribuía por taburetes y sillas simples.

ENTRESALA

Esta segunda sala daba paso a la intimidad de la casa, sirviendo como acceso distinto a los aposentos privados de Don Esteban y Doña Ana. Aquí en arcones, armarios y escritorios se guardaban los objetos personales y de especial valor patrimonial, como los libros, escrituras, documentos o relicarios. En este espacio también se ha recreado un pequeño espacio de aseo, con una tina de baño y una privada con su bacinilla.

LA ALMAZARA

En ella se realizaban las operaciones de extracción del aceite: lavado de la aceituna, molido entre muelas de piedra y prensado de la pasta para obtener el aceite. Este servía para todo: para freír o condimentar la comida, para preservar los alimentos en conserva, para la elaboración de afeites y perfumes (de ámbar, jazmín, azahar, romero...), o como combustible de las lámparas y para curar las heridas.

LA ALCOBA DE DON ESTEBAN

La alcoba más cercana a la zona pública de la casa era ocupada por el señor. El mobiliario se componía de una cama, a veces acompañada por sillas, mesas, escritorios y arcones, en cuyo interior se guardaban objetos personales, menudencias de valor o dineros.

EL ESTRADO DE DOÑA ANA

El estrado era una tarima de madera o caucho, alfombrada o recubierta por tejidos. Se instalaba en el dormitorio, junto a la cama, o en una estancia aparte. En él las mujeres se sentaban sobre almohadas. Este era el lugar donde recibían, hacían labores de aguja y de almohadilla, leían o tocaban algún instrumento musical.


Horarios:
- Lunes: Cerrado
- Martes a viernes:
15 marzo a 15 octubre: 10,00 h. a 14,00 h. y 16,30 h. a 19,30 h.
16 octubre a 14 marzo: 10,00 h. a 14,00 h. y 15,30 h. a 18,30 h.
- Sábados:
de 10,00 h. a 14,00 h. y 16,00 h. a 18,30 h.
-Domingos:
10,00 h. a 14,00 h.
- Días de cierre anuales: 1 de enero, 1 de mayo y 25 de diciembre.
- Visitas de grupo: concertar cita.

Dirección: Museo Casa de Dulcinea
C/ Quijote, 1. 45820 - El Toboso (Toledo)

Contacto: TELÉFONO: 925 197 288

Y más: http://www.eltoboso.org
Oficina de Turismo de El Toboso. C/ Daoíz y Velarde, 3. Tel: 925 568 226
e-mail: turismo@eltoboso.org

Dormir:
Solcitar información en la Oficina de Turismo de El Toboso o en www.eltoboso.org

Comer:
-Mesón Restaurante la Noria de Dulcinea. C/ Don Quijote, 3. Tel: 925 568 192
-Restaurante - Hostal Dulcinea del Toboso. Ctra. Quintanar de la Orden, 3. Tel: 925 568 055
-Restaurante - Hostal El Quijote . Avda. Castilla-La Mancha, 12. Tel: 925 197 398
-Restaurante El Toboso. Ctra. Quintanar de la Orden, km. 7,800. Telf. 925197238
-Restaurante El Ventanal. Ctra. Madrid- Alicante, km. 131. Tel: 925 598 019

Molino de sangre del Museo Casa de Dulcinea
Sala de la almazara del Museo Casa de Dulcinea
Bodega de tinajas del Museo Casa de Dulcinea
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