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El también denominado Molino de las Laerillas fue construido entre los siglos XII y XIV, y convertido en museo en 1991.
El molino de aceite de Nigüelas, uno de los más antiguos de España y convertido en museo hace más de dos décadas, es ya uno de los principales atractivos turísticos y culturales del municipio y de la comarca del Valle de Lecrín. El edificio, situado muy cerca de la plaza de la iglesia, tiene muchos siglos de historia y guarda el sabor propio de muchas generaciones así como multitud de aperos y útiles empleados en la molienda.
En la época morisca ya existía este viejo molino junto a otros de grano y de aceite, que han cumplido durante generaciones una importante labor en el desarrollo de las actividades agrícolas en la zona. No obstante la localidad de Nigüelas en siglos pasados fue un destacado enclave en todo el Valle de Lecrín, debido al gran olivar que rodeaba su entorno.
Sin lugar a dudas el tipo de molienda estrella del molino eran sus dos enormes y abultadas prensas de madera de más de once metros –situadas a ambos lados de la impresionante nave central– por el sistema de biela recta con tornillo sinfín, uno de los últimos sistemas empleados hasta que el molino dejó de funcionar. El también llamado ‘Molino de las Laerillas’ fue construido entre los siglos XII y XIV, según los historiadores.
En perfecto estado
En el molino se encuentran en perfecto estado una red de canalizaciones para llevar el aceite a los depósitos laterales. En esta añeja almazara se pueden observar todos los elementos necesarios para cada menester, como son las cántaras, jarros, candiles para luminarias, romanas de peso en arrobas, tenazas, trébedes, sartenes y multitud de cacharros.
Este histórico molino fue restaurado en 1991 por deseo de los lugareños y del propio Ayuntamiento de Nigüelas, presidido en aquel tiempo por Gonzalo Carmona, que medió con la Fundación Zayas para dedicarlo a museo.
