Con 86 años y sin ningún título académico en su curriculum vitae, Manuel Ruiz López, „el Sereno‟, sigue elaborando el mejor aceite en la almazara más pequeña del mundo. Cada día se levanta temprano y se dirige a su finca en el cerro de las Carboneras, donde recoge a mano cada aceituna y la deposita en una pequeña caja, hasta que reúne varias de ellas y las transporte en su vehículo hasta su casa.
Junto a la cocina, ha montado su pequeña almazara, hecha con varios artilugios -como un motor de una lavadora- y ha fabricado los pequeños capachos y con una amasadora elabora este aceite al que llama 'Sereno Oliva' y que sirve tanto para cuidar el cutis, como lo testifica la actriz Sara Montiel, que cada año recibe su porción de este aceite que el propio Manuel Ruiz le envía a su casa.
Cada aparato que ha instalado junto a la cocina tiene su función. Uno moltura la aceituna, otro la amasa y el zumo verde va adquiriendo poco a poco sus cualidades más importantes. Todo lo realiza a bajas temperaturas, sin presión y el resultado es sólo lo que la aceituna da.
La aceituna es recogida de los olivos sin ninguna violencia, sólo con las manos, y la que se cae al suelo no sirve para elaborar este aceite tan especial. Los pequeños capachos de unos 15 centímetros de diámetro presionan en un pequeño artilugio que hace las veces de prensa para que escurran todo el aceite y sólo queda una pequeña capa de orujo que también sirve para calentar la casa.
El líquido de la aceituna va a parar a una bandeja, toda la operación se va haciendo sin presión y a temperatura ambiente. El aceite va reposando en la bandeja y allí va abandonando sus imperfecciones hasta que adquiere el color característico.
La producción no es abundante, no llega ni a 100 litros, pero es envasada en pequeñas botellas de vidrio y se colocan en una alacena, donde se les pone una etiqueta con las propiedades que tiene este zumo de oliva.
La almazara se ha ido haciendo famosa en estos últimos años y durante el tiempo de la recolección de aceituna son muchas las personas que se acercan a ella para ver como se elabora este aceite especial. Hasta tal punto, que el escritor Juan Eslava la ha hecho inmortal, al colocarla en varios de sus libros, concediendo numerosos piropos a este aceite especial que sólo se debe usar para hacer ensaladas y las tostadas del desayuno, aunque también sirve para fines estéticos porque es bueno para la salud y los cutis más delicados, que los deja bien lubricados.
FUENTE: www.infaoliva.com