Curiosidades

Texto

En la Sierra de las Nieves en un entorno declarado Reserva de la Biosfera y entre las plantas aromáticas del más puro bosque mediterráneo, perduran olivos milenarios de variedades exquisitas injertadas en su día por nuestros antepasados sobre el acebuche, el olivo madre silvestre que hoy sigue transmitiendo su vigor inundando de aromas y sabores y campaña tras campaña a los aceites de la comarca.

Pues bien, en el pueblo de Monda y gracias al empeño de unos verdaderos entusiastas de la cultura del aceite de oliva y de las cosas bien hechas, se viene realizando hoy en día un aceite de características y connotaciones verdaderamente especiales, el aceite de acebuchina, esa pequeña aceituna virgen de injertos y antepasada de todas las variedades existentes en nuestro país.

La laboriosidad del proceso hace de este aceite, una delicatessen para todos aquellos amantes de los aceites únicos y de calidad. Hay que recordar que estos ejemplares se encuentran diseminados en plena Sierra de las Nieves, en entornos de difícil acceso. Dado el poco porte de la acebuchina y su bajo rendimiento graso, se necesitan más del doble de materia prima para elaborar la misma cantidad de aceite que con las aceitunas convencionales.

La elaboración de este aceite se ha convertido en todo un ritual por los administradores del Molino de Monda, Francisco Villanueva y Fernando Martín.

Francisco Villanueva es un médico traumatólogo de reconocido prestigio en Málaga cuya vinculación al mundo del aceite se inicia en su más temprana infancia en su Monda natal. El recuerda como de pequeño tras leer algún que otro libro quedose fascinado con el mundo del aceite de oliva y sobre todo con el proceso de elaboración del oro líquido mediterráneo.

Desde pequeño una de sus mayores ilusiones era como obtener aceite de oliva tal y como se hacía antiguamente. Siempre recuerda con nostalgia cómo tras machacar la aceituna dentro de un saco y su posterior mecanismo de torsión, obtuvo una pequeña cantidad de este preciado y venerado oro líquido; un aceite amargo y picante de aceitunas acebuchinas verdes, un verdadero manjar.

Tras varios años de intensos proyectos, su amor por el mundo del aceite queda plasmado en el año 2000 con la inauguración del Molino de Aceite de Monda junto a su amigo y paisano Fernando Martín.

Hoy en día, uno de sus mayores e ilusionantes proyectos es la elaboración de este aceite de oliva de acebuchina, el aceite del árbol madre: el acebuche (Olea oleaster). Si bien hay que decir, que la producción es escasa y muy dependiente de las condiciones climáticas.

Una joya sólo reservada para los paladares más exigentes.