Bibliografía

Texto

España es la mayor productora de aceite de oliva, superando el 33 por ciento de la producción mundial; sin embargo, hasta hace muy poco, salvo en el medio rural que siempre ha apreciado sus cualidades, pero sin darle demasiada importancia –como la cosa más natural del mundo– lo hemos relegado, importando otras grasas vegetales que nos decían mucho más aconsejables, o bastardeado, con mezclas y fabricaciones detestables. La picaresca llegó hasta las deplorables consecuencias del aceite de colza adulterado. Los excelentes aceites españoles, se exportaban a otros países que los vendían como suyos en unas atractivas presentaciones, multiplicando por muchas unidades el precio de origen.
Afortunadamente, el escenario ha cambiado. Las campañas a favor del Aceite de Oliva Virgen han calado profundamente en la sociedad. En las tiendas, además de una extensa oferta, con la especificación de las aceitunas que han producido las distintas variedades, también podemos ver esas bonitas botellas y frascos que hacen del aceite un objeto de regalo. En muchos restaurantes nos presentan un carro de aceites, con todas esas variantes de la rica producción española. Las cocinas ya no apestan, y los bares ofrecen aceite para las tostadas del desayuno.
Paralelamente –cosa impensable hace años– se están haciendo cursos de cata de aceites, tanto para profesionales como para grupos cada vez más numerosos de aficionados, que nos enseñan a apreciar las notas olfato-gustativas-táctiles de nuestros aceites, creando una cultura que nos permita emplear cada tipo de aceite en el guiso o alimento que más lo realza.
Esta circunstancia favorable del protagonismo del aceite, anima a repetir la labor de recopilar las voces y los refranes –esta vez relativos al cultivo del olivo, recogida de la aceituna, elaboración y producción del aceite, consumo, utilización, etc.– de entre el rico acervo histórico de las lenguas de España, como ya se hizo con el vino y la vid.
En este libro figuran mezcladas, sin más diferencias que el aviso de su procedencia, palabras de todas las lenguas de España derivadas del latín o latinizadas. España ha tenido, a lo largo de la Historia, muchos cambios en sus divisiones internas y mucha mezcla entre sus gentes, lo que ha hecho posible que una misma palabra aparezca igual o con ligero retoque de adaptación en muy distintas comarcas. Juan de Valdes, en su Diálogo de la Lengua, expone estas razones.
En esta recopilación se han recogido todas las palabras relacionadas con el olivo y el aceite; su cultivo y elaboración, su comercio y consumo, con todas sus variantes, arcaísmos, cultismos y casticismos. También se han repetido definiciones cuando lo justificaban épocas distintas, diferente planteamiento o, simplemente, su erudición o gracejo, como es el caso en palabras pertenecientes al Tesoro de la Lengua de Covarrubias o al Diccionario de Autoridades de la RAE.
Igualmente se han recogido todos los refranes encontrados con todas sus variantes, a veces éstas sólo ortográficas, otras veces refranes que se repiten con sentido contradictorio como “Por San Andrés, ararles los pies” y “Por San Andrés no ararles los pies” (refiriéndose a los olivos) y como es lógico, los que aparecen en distintas lenguas.
El refrán es una frase, sentencia, máxima, etc., que surge espontáneamente, casi siempre como consecuencia de un determinado hecho o situación; y surge en una región y por transmisión oral se va modificando o traduciendo al hablar de los pueblos por los que pasa. Ante la imposibilidad de saber donde han nacido, aparecen aquí por orden alfabético, sin tener en cuanta en que lengua o dialecto se han encontrado.
Quizá el rechazo al aceite entre los antiguos cristianos, temerosos en la defensa de su linaje de que se les atribuyeran antecedentes familiares de dudosa estirpe, haya sido la causa de que en el refranero clásico se recojan tan pocos –a veces ninguno– refranes sobre el aceite.