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XV FERIA DEL OLIVO DE MONTORO 2010

Del 13 de mayo de 2010 al 13 de mayo de 2010
De 09:00 a 24:00
Montoro (Córdoba)
OLEARUM

Crónica

La jornada la inicio muy temprano en Málaga. Tras tomar dirección a Antequera llego al Restaurante de nuestro querido amigo y socio fundador de OLEARUM, Antonio Galindo Gordillo. Una típica mañana primaveral nos recibe en “San Benito”. Pronto nos encontramos Antonio Galindo, Pablo Moreno y un servidor disfrutando de un típico desayuno molinero en la Bodeguita del restaurante: zumo de naranja natural, mollete antequerano tostado, miel artesanal y un buen aceite de oliva virgen extra. Para esta ocasión fueron concretamente dos joyas malagueñas:

- Benaoliva (“Flor de Aceite” del Molino de Nacho Pérez de Benagalbón). Variedad Verdial de Vélez y Lechín.
- La Laguna de Fuente de Piedra variedad vidueño. 1º Premio Frutado Intenso 2009-2010 por la Diputación de Málaga.

Después de cargar pilas, nos ponemos rumbo a Montoro Pablo Moreno y un servidor. Allí nos esperaban un buen grupo de amigos. Como bien sabéis, la Feria del Olivo de Montoro viene celebrándose con carácter bianual en las instalaciones que el Patrimonio Comunal Olivarero dispone en Montoro. En esta ocasión se celebraba la XV edición.

Una vez en el recinto ferial y tras ver el apartado de modernas maquinarias bien presentadas y expuestas nos dirigimos al stand de AEMO. Antes pudimos contemplar parte de la antigua maquinaria de la que disponía la almazara experimental del complejo P.C.O. Curiosamente pudimos ver un moledero, varias prensas hidráulicas de Cayetano Ramírez. Esta pequeña representación del patrimonio industrial del P.C.O se codeaba con modernos e inmaculados molinos de acero inoxidable.

Pronto llegamos al edificio cubierto donde visitamos el stand de Mercacei, estábamos deseando ver cómo había quedado el reportaje publicado en su magazine acerca de nuestro III Congreso Olearum de Robledillo de Gata.

El stand de AEMO estaba justo en frente y nuestros socios y amigos Salvador Cubero y José María Penco, verdaderos buques insignias de AEMO y del acto que a continuación se iba a celebrar, estaban ultimando los últimos detalles. Poco a poco, comenzaron a llegar las diferentes autoridades, premiados y amigos. Además acudieron a la cita otros de Olearum, entre los que se encontraban Carmen Ybarra Sainz de la Maza, José María López Simón, Gabriel Alsina y Mariano Lisa. Un buen elenco de socios de procedencias diversas.

Por allí pasaron Manolo Piedrahita, con el que recientemente tuve la oportunidad de compartir presentación de libros. También Brígida Jiménez y Pepe Alba, sin lugar a dudas, dos los mejores catadores a nivel internacional y que me nos trasladaron la idea de poder formar parte del colectivo OLEARUM. José Humanes, una institución y que presentaría poco después el libro “La Poda del Olivar”. Juan Peñamil (Mercacei), Yolanda Aguilera (Olivarama), los Hermanos Bellido de Montilla (Museo del Aceite Juan Colín, Carlos Zamorano (1º Premio AEMO 2004), Arturo Esteve (Olivos Milenarios de Castellón), Manuel Montes Marín (distinguido en innumerables ocasiones por su aceite Pórtico de la Villa), etc.

El acto principal fue la entrega de los diferentes premios concedidos por AEMO para esta ocasión. Quiero hacer mención especial a D. Arturo Esteve Cosme, galardonado con el 1º Premio AEMO 2009 a la difusión de la Cultura del Aceite. Su sapiencia infinita sobre olivos milenarios y la cultura del aceite de oliva, nos hizo disfrutar de una jornada inolvidable. Tuvimos la oportunidad de conocer a este señor durante nuestra visita a los Olivos Milenarios de Canet Lo Roig dentro de los actos del II Congreso Olearum celebrado en Segorbe.

El segundo premio fue concedido al proyecto de “Oleoturismo en la Comarca del Somontano de Barbastro”, donde nuestro socio y amigo Mariano Lisa Pano ha tenido tan relevante papel y que fue el principal motivo de nuestra presencia en Montoro, acompañar a un socio de Olearum en tan importante día.

Tras la entrega de premios llegó el momento de tomar un refrigerio y algunas viandas ofrecidas en el mismo stand de AEMO. Era el momento de disfrutar de tan interesante compañía y de unas charlas intensas y didácticas. La jornada en la Feria llegaba a su fin pero se iniciaba nuestra turné de oleoturismo por la comarca de Montoro.

Después de dirigirnos en caravana con nuestros coches particulares dirección Cardeña y tras poco más de 5 minutos, pudimos contemplar y disfrutar de una joya del patrimonio oleícola industrial montoreño. Me refiero al Molino de Afán o Casería de las Pozas. A esta primera la cita acudimos los socios de Olearum: Pablo Moreno, Paco Lorenzo, Carmen Ybarra y José Antonio López con su mujer y cuñada; nuestros amigos Arturo Esteve y señora, los hermanos Bellido (propietarios del Museo del Aceite Molino de Juan Colín de Montilla) y Carlos Zamorano de El Arahal (1º premio AEMO 2004 a la Difusión de la Cultura del Olivo).

Un chaparrón primaveral había dejado el carril de acceso al molino de un rojo bermellón precioso al igual que las paredes del mismo donde la piedra molinaza brillaba de forma especial. Este material es sin lugar a dudas el protagonista indiscutible y la verdadera firma de distinción de la mayoría de los molinos y demás edificios importantes de la comarca. Por otro lado, pudimos comprobar como los olivos que rodeaban a la propiedad se encontraban con un aspecto primaveral estupendo, con una trama exuberante que dio pie a realizar unas preciosas fotografías.

El Molino de Afán o Casería de las Pozas, es un magnífico molino aceitero felizmente restaurado por su actual propietario Sebastián Olalla, un montoreño de pro que a pesar de tener sus negocios en la Costa del Sol ha apostado por recuperar y poner en valor este magnífico molino aceitero único en España. Y digo único, por que es quizás con otro que se encuentra en Mallorca (Almazara de Son Torrella), el único que dispone de tres prensas de viga y quintal en perfecto estado de conservación. Quiero comentaros que llevaba mucho tiempo intentando visitar este molino y que gracias a la inestimable ayuda de D. Antonio Sánchez Villaverde, alcalde de Montoro y su concejal de Tráfico Pepe Romero, tuve la ocasión de poder conocer justo una semana antes de la fecha.

El estado de conservación es magnífico, destacando sin lugar a dudas, las tres prensas de viga y quintal. La más “moderna” de las cuales tiene escrita la fecha de 1836 como año de su construcción. También se encuentran en perfecto estado de conservación los dos molinos de sangre. Hay que decir que esta Casería se articula en dos molinos aceiteros distribuidos por separado, en distintas naves y dotados de moledero y sala de prensado de doble prensa, si bien en el molino “más moderno”, sólo queda presente una de las prensas. Cabe destacar también la simplicidad de las bodegas de tinajas semienterradas, dos bodegas por cada molino. Otras de las curiosidades del molino, es el magnífico aljibe que puede verse justo a la entrada de la propiedad y en el mismo patio de la almazara. Todos los asistentes quedaron maravillados e impresionados durante la visita a este magnífico molino. Un gran descubrimiento sin dudas.

Poco más arriba, puede visitarse el Molino de Juan Plaza, actualmente reconvertido en restaurante y que aún cobija un molino aceitero de sangre con una prensa de torre de torno y cabestrante. La pertinaz lluvia primaveral provocó desestimar su visita para otra ocasión.

Nuestro siguiente hito de la jornada era el Hotel Molino de la Nava, para ello tuvimos que volver a Montoro para contemplar una postal inenarrable desde la misma carretera: su esbelto caserío, su famoso puente de las Donadas (S. XV), la altiva torre de la Iglesia de San Bartolomé (S. XV) y la no más impresionante estampa del río Guadalquivir, la verdadera arteria fluvial de Andalucía y que por estas fechas llevaba un caudal considerable.

Una vez en Montoro tomamos la carretera que se dirige a Villa del Rio. Una carretera revirada y rodeada de olivos centenarios nos dejó en un primer cruce donde tras seguir los oportunos paneles indicativos, nos dejaron a las mismas puertas del Molino de la Nava. Este hotel lo conocí dos años antes cuando tuve la oportunidad de acudir con mi mujer Teresa a la anterior edición de la Feria del Olivo. Aún recuerdo la inolvidable cena y velada aceitera con nuestro querido amigo y socio Julio Rodríguez y Teresa Muñoz, nuestros anfitriones del III Congreso Olearum de Robledillo de Gata.

A las puertas del hotel nos recibió Benjamín Granda, su actual gestor, un personaje muy profesional y siempre pendiente de todos los detalles. Como no iba a ser menos, nos agasajó con una copa de cava de bienvenida; costumbre que viene realizando con todos sus huéspedes. Nos relató y explicó la historia de este molino que, en sus orígenes fue de sangre y prensa de viga y quintal, como bien lo refleja su espectacular torre de contrapeso. Si bien, posteriormente fue modernizado a primeros del S. XX, implantándose un molino industrial con un moledero de dos piedras cónicas, cuerpo de bombas y prensa hidráulica de La Fundición La Cordobesa, una termobatidora vertical y los correspondientes depósitos metálicos. Un sencillo motor eléctrico fue el encargado de administrar la energía eléctrica pertinente hasta su ocaso como molino aceitero. Aún pueden verse muchos aperos y utensilios de los molineros de la época. El patio de almazara de este complejo es sencillamente espectacular y digno de ser disfrutado y admirado.

Por último y viendo como se ponía la tarde decidimos acortar la jornada para dirigirnos a otro establecimiento de hostelería de primer orden; en concreto la Hacienda La Colorá. Después de despedirnos de Benjamín y prometer una nueva visita, nos dirigimos de nuevo a Montoro y desde aquí tomamos dirección Córdoba por la autovía hasta tomar la salida hacia Adamuz por el embalse del Arenoso.

En poco más de 8 km de carretera asfaltada y tras pasar por olivares centenarios y otros tantos molinos (San Fernando, Molino Nuevo, etc.), tomamos el carril de acceso a la Finca La Colorá. Las incesantes lluvias caídas durante el pasado invierno han provocado que el carril de acceso a esta finca haya tenido algunas modificaciones, pero las correctas indicaciones y mi anterior visita, posibilitan que sin pérdida alguna llegásemos a la verja principal de la propiedad. Antes, pudimos contemplar un espectacular arco iris justo encima de nuestras cabezas y de los olivos centenarios que nos acompañaban. La imagen del pantano del Arenoso completamente lleno y rodeado de olivos es una estampa difícil de olvidar.

Pronto nos encontrábamos junto al portón de entrada de la propiedad al que acudió con gran celeridad uno de nuestros anfitriones, Jaime Rodríguez de Luna. En breve pudimos comprobar la espectacularidad de esta hacienda aceitera de 1788. En ella destaca la gran torre de contrapeso de piedra molinaza al igual que el resto de muros que dan pie a esta hacienda. Esta enorme torre servía de punto de apoyo a las cuatro prensas de viga y quintal dispuestas en paralelo. Curiosamente las prensas situadas en el interior eran un poco más cortas que las laterales.

El edificio en sí es un conjunto arquitectónica de bellísima factura y de una armonía espectacular. Tras entrar por la puerta principal, se atraviesa el zaguán bellamente decorado con macetas y aperos, estamos en el patio central de la antigua almazara donde un antiguo empiedro ha sido reconvertido en fuente. Las dimensiones del patio y la perfecta disposición de enseres y macetas hacen de este espacio un digno lugar para el descanso y la relajación. Justo al otro lado de la entrada principal se hallaba el molino aceitero y la sala de prensado. Hoy en día ha sido reconvertido en un fenomenal salón para el descanso de los huéspedes. Puede apreciarse la gran magnitud de la sala donde destacan las cuatro capillas que alojaban a las vírgenes (algunas de ellas aún presentes) y las cabezas de las vigas. Tras cruzar bajo el arco situado junto a las dos capillas centrales existe un rincón donde pueden contemplarse los antiguos husillos de madera. En uno de los laterales han dejado a modo de testigo y en perfecto estado de conservación una de las cuatro bodegas de tinajas semienterradas.

Junto a la bodega existe un pasillo por donde se puede acceder a la zona sur del edificio; allí pudimos contemplar una gran piscina, con una zona de barbacoa especialmente diseñada para los clientes del hotel. Las instalaciones también disponen de una gran pista polideportiva. Las vistas hacia al sur con el monte de olivos y el pantano del Arenoso es simplemente idílica y espectacular. En el lateral sur del edificio aún pueden verse los cuatro quintales de las respectivas cuatro prensas de viga. También pudimos contemplar la antigua capilla donde los antiguos moradores recibían la santa Misa. La espadaña de la capilla está coronada por una veleta donde destaca la figura del felino con mayor peligro de extinción a nivel mundial: “ el lince ibérico”. Este felino aún se cobija y realiza sus correrías en busca de sustento por estas lindes.

La jornada finalizó en el antiguo cocinón de la Hacienda, felizmente reconvertido en un coqueto restaurante sólo abierto a los clientes del hotel y que para esta ocasión Teresa Lombardo (la actual propietaria) tuvo la feliz idea de abrirnos para degustar algunas de las excepcionales viandas con las que normalmente agasaja a sus huéspedes: croquetas caseras, aceitunas partidas, berenjena frita con miel de la Sierra de Montoro, queso de cabra artesanal y un surtido de ibéricos.

Aquí acabo esta crónica del excepcional día de oleoturismo realizado por la Comarca de Montoro. Esta comarca cobija a uno de los conjuntos patrimoniales vinculados a la cultura del aceite de oliva más importantes de nuestro país.


Dr. Francisco Lorenzo Tapia.
Presidente de Olearum. Cultura y Patrimonio del Aceite.

Texto

La Asociación Española de Municipios del Olivo (AEMO) entregó hoy sus premios anuales, que comprenden el VIII Concurso Nacional \'A la mejor difusión de la cultura del olivo\', el VII Concurso Nacional a la Mejor Almazara 2009/2010, el IV Concurso Nacional \'Al mejor olivo monumental de España 2009-2010\' y el VIII Concurso Nacional \'A la investigación sobre aceite de oliva\'.

El acto, celebrado en el marco de la XV Feria del Olivo de Montoro (Córdoba), ha contado con la presencia del presidente de la Diputación de Córdoba y vicepresidente primero de AEMO, Francisco Pulido; del alcalde de Montoro, Antonio Sánchez Villaverde; y del delegado provincial de Agricultura y Pesca de la Junta de Andalucía, Francisco Zurera.

Según informó la Diputación de Córdoba, dentro del VIII Concurso Nacional \'A la mejor difusión de la cultura del olivo\' ha obtenido el primer premio la exposición itinerante \'Los olivos milenarios y monumentales de la provincia de Castellón\', de Amics de la Olivera, y cuyo autor es Arturo Esteve.

El jurado ha valorado la dignificación que hace la exposición del olivo como árbol emblemático de la Cuenca Mediterránea y la labor de divulgación de la cultura del olivo que lleva implícita. Por último, el jurado reconoce la calidad de la presentación del trabajo, su propia concepción y el material divulgativo que acompaña la exposición fotográfica.

El segundo premio ha sido concedido al proyecto integral \'Oleoturismo en la comarca de Barbastro\', del que el jurado ha destacado la globalidad de un proyecto compacto, claro e ilustrado que dignifica el aceite de oliva de la comarca de Sotomontano oscense.

Finalmente, el tercer premio ha sido otorgado a la web www.variedaddesdeolivo.com, realizada por Viveros Provedo de Logroño, por el minucioso trabajo de recopilación de más de 1.200 variedades de olivo de todo el mundo, una auténtica base de datos de la riqueza varietal del olivar mundial.

En la séptima edición del Premio AEMO a \'La Mejor Almazara\' se valoraron las 17 almazaras presentadas de las provincias de Cádiz, Córdoba, Granada, Jaén y Toledo, resultando ganadora Nayve S.L, cuyo aceite se comercializa bajo la marca Montón Alto, de San Martín de Pusa (Toledo).

El accésit ha sido para Manuel Montes Marín, cuyo aceite se comercializa bajo la marca Pórtico de la Villa, de Priego de Córdoba, y el reconocimiento al Mejor Maestro de Almazara a Manuel Caravaca, jefe de Producción de la Cooperativa Nuestra Señora de la Consolación de Torredonjimeno (Jaén).

En el IV Concurso Nacional AEMO \'Al mejor olivo monumental de España\' el jurado ha seleccionado al ejemplar denominado Olivo de Gorga, presentado por la Diputación de Alicante, por su majestuosidad como árbol singular y por la historia que le envuelve. Este olivo está situado en el Valle del Travadell y cuenta con un tronco de más de 13 metros de diámetro y una altura de siete metros.

Finalmente, en el VIII Concurso Nacional \'A la investigación sobre aceite de oliva y salud\' se ha otorgado el premio a Antonio Camargo García, doctor en Bioquímica e investigador del CIBER de la Obesidad y Nutrición, con sede en el Hospital Reina Sofía de Córdoba. Ha sido premiado por un trabajo de investigación que estudia los efectos del desayuno mediterráneo sobre la expresión genética de 20 pacientes con síndrome metabólico, asociada con un mayor riesgo de enfermedad cardiovascular y diabetes tipo 2. Los resultados de dicho estudio han sido publicados por la revista científica BMC genomics.

Bodega de tinajas de La Colorá. Foto: P. Lorenzo
Mariano Lisa recoge el premio. Foto: P. Lorenzo
Arturo Esteve recoge el 1º Premio AEMO. Foto: P.L
Socios de Olearum en el Molino de Afán. Foto: P.L
Socios de Olearum la Feria de Montoro. Foto: P.L
Patio central de La Colorá. Foto: P. Lorenzo
Antigua Sala de Prensado. Foto: P. Lorenzo
Bodega de tinajas de La Colorá. Foto: P.Lorenzo
Socios de Olearum visitan La Nava.Foto: P. Lorenzo
Mauinaria del Molino de la Nava. Foto: P. Lorenzo
Prensa. Fundición La Cordobesa. Foto: P. Lorenzo
En el Molino de Afán. Foto: P. Lorenzo
Desmuñecadora. Molino de la Nava. Foto: P. Lorenzo
Bodega de tinajas del Molino de Afán. Foto: P. L
Husillo. Molino de Afán en Montoro. Foto:P.Lorenzo
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